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Los 10 años de los implantes mamarios, ¿Qué tan cierto?

¡Despejá las dudas sobre los implantes mamarios!

De boca de los especialistas en este blog

A lo largo de la historia las mamas femeninas han representado femineidad, belleza, juventud, sensualidad, erotismo y fertilidad. Es por esto que tanto desde el punto de vista femenino como desde la perspectiva masculina, tener mamas simétricas y bien colocadas se ha convertido en sinónimo de belleza y deseo.

No es casualidad entonces que la cirugía para modificar los senos es una de las más realizadas frecuentemente en los quirófanos de cirugía plástica.  Con mucha frecuencia las mujeres buscan cirugías para mejorar la forma y posición mamaria, tanto para reducir las mamas grandes, como para modificar las mamas asimétricas o también levantar las mamas que están muy caídas. Pero por mucho, la cirugía más solicitada es la cirugía de aumento mamario con implantes de silicone.

Existen algunos mitos que es importante despejar.  Varias empresas que fabrican implantes mamarios han estado difundiendo información sobre el cambio de implantes mamarios cada 10 años.  "Lo importante en este tema es que la calidad de materiales que se utilizan para la fabricación de implantes de silicone ha ido mejorando con los años y las normas de calidad se han rigurizado con el fin de ofrecer cada vez mejores productos a la población”, indica uno de nuestras especialistas en Cirugía Plástica, el Dr. Carlos Centeno. “
No es 100% cierto que todos los implantes mamarios deben cambiarse cada 10 años. Un implante de buena calidad puede durar en buenas condiciones dentro del cuerpo entre 15 y 25 años. Sin embargo, lo que si es cierto, es que toda persona que tiene implantes mamarios debe tener un control anual con su cirujano plástico para evaluar la forma y posición de cada implante para asegurarse que alguno no se encuentre roto, que no hay masas asociadas o que no hay contracturas capsulares que estén deformando los senos. Claramente no podemos pensar que un dispositivo médico dentro de nuestro cuerpo, constantemente sometido a fuerzas físicas y cambios inmunológicos y químicos va a durar para toda la vida como lo indican algunos fabricantes.”
¿Deben o no cambiarse? Sobre esto la Dra. Madelein Centeno, también especialista en Cirugía Plástica y Reconstructiva nos comenta: "En la práctica diaria mientras una persona no tenga síntomas, posiblemente no hay que cambiarlos todavía. Si recomiendo un control anual de ultrasonido que es un medio diagnóstico muy accesible y relativamente barato para verificar los detalles de los implantes y del tejido mamario, eso ayuda a descartar cualquier crecimiento anormal y cualquier anomalía con los dispositivos. Otro asunto importante es la moda, muchas veces los tamaños mamarios de moda van cambiando, entonces las pacientes que entre el 2010 y 2015 querían tamaños de senos más grandes ahora en el 2021 buscan un cambio de implantes más por un tema de “fitness” ya que los tamaños mamarios moderados o pequeños están más acordes con un estilo de vida saludable y permiten mas movimiento de acuerdo a una vida menos sedentaria, que es lo que busca la población en estas épocas."
Por otra parte, la información sobre riesgos y complicaciones que reciben las personas de organizaciones como la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA) sobre los implantes mamarios ha hecho que cada día más y más personas busquen retirar sus implantes mamarios y hacerse un aumento mamario con grasa propia. “En Universal Plastic Surgery ofrecemos el aumento mamario con injerto de grasa, la cual puede tomarse del abdomen o de la espalda baja de la paciente. Esto ayuda a mejorar el contorno corporal y a la vez rellena la mama de una forma natural. Es un método bastante solicitado ya que al no colocar cuerpos extraños dentro del organismo minimiza las posibilidades de complicaciones” comenta la Dra. Centeno.

Cualquiera que sea su sueño de belleza, en Universal Plastic Surgery contamos con una solución perfecta para sus necesidades. Contáctenos por medio de nuestro WhatsApp +506-7110-5090, nuestra central telefónica 2222-6441 o nuestro email: info@UniversalPlasticSurgery.com. Será un placer ayudarle.

 

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"Todo lo que es hecho, todo lo humano de la Tierra es hecho por manos" (Ernesto Cardenal)

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Allá por 1976 mi Padre había terminado ya la especialidad y fue favorecido con una beca de estudios en México por un año con el Dr. Ortiz Monasterio, médico, cirujano plástico y profesor muy famoso y de gran talento.  En México tuvo la oportunidad de aprender microcirugía, conocimientos que luego trajo a Costa Rica y que junto con el Dr. José María Arguedas Soto, empezó a utilizar primero en un laboratorio con animales.  En este laboratorio, a duras penas limaban las agujas con ayuda de un microscopio para preparar los hilos que utilizarían para practicar microcirugía, que es, el arte de pegar arterias, venas y nervios de 1 mm de diámetro con ayuda de microscopios muy potentes. Luego en humanos lograban realizar cirugías muy complejas para llevar tejidos de un lugar a otro del cuerpo con esta novedosa técnica.

En diciembre de 1982, una señora y sus hijas llegaron a su casa provenientes de una fiesta navideña para encontrar en su interior a un ladrón con un machete; el cual le cortó ambas manos a esta señora en el atraco.  De alguna manera instintiva, las hijas lograron colocar ambas manos en hielo y contactar a mi padre, quien para ese año ya tenía alguna experiencia en reimplantes de miembros con técnica microscópica. Fue internada en el Hospital México y en una cirugía que duró aproximadamente 12 horas pudieron reimplantar ambas manos a esta paciente. Luego tuvo una adecuada recuperación y ahora la paciente puede manejar, vestirse, peinarse y vive una vida completamente normal.

Fue uno de los eventos que marcó mi interés por la Cirugía Plástica, a mis 8 años, por la rendija de la puerta de la sala, recuerdo ver las fotografías de la presentación de esta cirugía, que mi padre practicaba con un proyector de diapositivas y pensé que era lo más imponente y sorprendente que había visto, uno de esos casos en que la realidad supera a la ficción. Me marcó tanto, que a los 11 años de edad, estando en quinto grado, le pedí a mi papá que me ayudara a crear el plan de estudios que necesitaría para llegar a ser microcirujana tal y como él, para poder ayudar a pacientes que sufren estos terribles accidentes.  Desde ese día supe que necesitaría completar la escuela primaria, cinco años de colegio, seis años de la carrera de Medicina y Cirugía, cuatro años de Especialidad de Cirugía General, tres años de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética y tal vez uno o dos años de formación en Microcirugía, camino que recorrí con mucha alegría  y que me ha permitido ayudar a pacientes como aquella señora que ayudó mi padre en 1982.

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Seguir los pasos de Papá, una jugarreta del destino…

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Desde que recuerdo quise ser médica (como se dice ahora).  Veía a mi Papá salir temprano a trabajar, con su gabacha blanca guindando por la espalda desde su dedo índice. Y eso siempre me inspiró, se veía orgulloso de su trabajo, intrigado por ayudar a los pacientes, estudiando siempre para buscar una mejor solución a los problemas diarios. Por su parte, mi Mamá no quería que yo fuera doctora porque decía que era una profesión muy sacrificada para una mujer. Yo ansiosa esperaba las jeringas de juguete, estetoscopio, martillito de reflejos y viales vacíos que mi Papá me regalaba para jugar a ser doctora; como era de esperarse mi madre me quitaba esos juguetes preciados, se los daba a mi hermano y en su lugar me daba unas tacitas y platitos, para que jugara a casita.  Luego recitaba de memoria: “sería mejor que Alejandro fuera doctor y que heredara los pacientes de su Papá, porque es hombre, y que ustedes dos (refiriéndose a mi hermano y a mi) fueran abogadas o administradoras porque es una profesión más acorde a una mujer y a la familia que eventualmente tendrán”. 

Pero Dios es sabio y sus caminos misteriosos.  Mi hermano Alejandro se hizo administrador ya que no puede ver sangre ni en pintura, y mi hermana Arlene y yo nos hicimos médicas.  Yo continúo el legado del Dr. Centeno (mi padre) y tenemos el placer de trabajar juntos en Paseo Colón, en la clínica que el fundó hace más de 40 años y mi hermana trabaja en el Hospital Universal también legado de mi padre en Cartago.

Mamá hasta la fecha agradecida con Dios pero en tono risueño dice: “esa fue una jugarreta del destino”.

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